domingo, 16 de julio de 2006

OPINIONES



¿....? ¿Qué será?

desde los ojos de ALFREDO FENIK
La propuesta de Manojo de Calles se inscribe en una indagación valiente, comprometida con lo humano y de una belleza que deslumbra por momentos.
¿Con qué se miden sus temas? Con nociones esenciales que nos obsesionan, que nos atrapan en la búsqueda de significados y que son potenciados por nuestros instintos, nuestros apetitos, nuestros rechazos, nuestro amor y nuestra violencia. Así nuestro camino lo hacemos por el agobio, la ferocidad, la locura, la sexualidad exacerbada, el amor como única flor de este paisaje, nuestra proyección hacia el futuro contenido en el cochecito de bebé, el fracaso y por fin la muerte.
Remitirse a problemáticas tan duras y tan integradas a nuestra naturaleza es un desafío que solo se puede afrontar cuando desaparece la individualidad y se apela a perfiles contrastantes, a la indagación desnuda, a la omisión de la anécdota. Cuando a la condición humana no se le otorga ventajas y por el contrario se la ubica en escalones elementales y hasta subnormales. En ese reducido recinto níveo, la palabra entra en sombras y apenas es un murmullo. Murmullo que se une al chorro de agua que oímos y que discurren con sus sonidos y ritmos por los latidos de siluetas exasperadas, con arranques apasionados, sensuales y privados de un erotismo solamente carnal.
Manojo de Calles llega con esta producción a acompañar grandes obras que abrazaron estos temas: “Puerta Cerrada” de Sartre (¡El Infierno son los demás!), “El Infierno” de la Divina Comedia del Dante. “Fin de partida” de Beckett. Se hermana con ellas y con muchas otras en las que el perfil de personajes y secuencias se tornan evanescentes e inolvidables. Se apela a la esencialidad antes que a la mimesis. Igual que ellas al no permanecer encerradas en anécdotas se remontan a intercambiar con total pureza instintos, sentimientos, obsesiones y destinos pado
Y aunque este no es del todo abarcativo, ya que los grandes pensamientos, sentimientos, instintos son de una riqueza casi infinita en sus matices, y quizás por ello mismo, Verónica se atiene a sus propias prioridades y obsesiones, como es lógico y natural. Revelando de esa manera una personalidad vigorosa. La máquinas de fotos revelan la búsqueda y la fragmentación de un devenir interrumpido por carencias y excesos. Son la memoria y el olvido. Las pretensiones insignificantes de ambiciones que pretenden testimonios miserables.
PODÉS LEER TAMBIÉN EL COMENTARIO DE JORGE FIGUEROA EN LA PÁGINA DEL CRITEA HACIENDO CLIC EN: http://www.critea.com.ar/load/htm/critica/queSera.htm” Y V